A la hora de hablar de mala praxis médica se deben abordar muchos conceptos para conseguir actuar con la propiedad necesaria en cada caso médico. Por este motivo, vamos a tomar tres conceptos muy importantes dentro de una posible mala praxis médica, como son las negligencias médicas, la imprudencia y la impericia.
Las negligencias médicas se producen cuando el médico actúa sin cumplir con las normas que rigen su profesión. Como ya hemos explicado en algún artículo anterior del blog, se producen por un descuido en la forma de actuar del médico o el profesional sanitario. Es decir, se produce una omisión consciente en el que se deja de cumplir un acto que el deber funcional exige, por lo que si se produce un daño, es totalmente puníble judicialmente en el caso que suceda y se detecte.
Imprudencia e Impericia
Por su parte, la imprudencia médica hace referencia a acciones que realiza un profesional sanitario de forma temeraria, y que por ello son previsibles desde un punto de vista objetivo, por lo que al cometer una de ellas, se puede estar incurriendo en delito. Es punible e inexcusable, como se puede apreciar en este caso que resolvimos hace unos meses.
Por último, la impericia, como dice la palabra, hace clara alusión a una falta de pericia del profesional sanitario en su quehacer profesional. Es decir, falta de sabiduría en sus acciones, experiencia y habilidad en la ejecución de su profesión, que pueden perjudicar directamente al paciente